A pesar de la irrupción del medio internet como fuente de información y contenidos entre los usuarios de todo el mundo, el fenómeno multipantalla ha mantenido a la TV en sus niveles de consumo. Es más, para los numerosos escépticos al respecto, un reciente estudio de Samsung e Ipsos asegura que en España nos sentamos delante del televisor un 85% a diario. Sólo un 4% lo hace esporádicamente. Otra prueba de que el medio sigue interesando, es la compra de nuevas televisiones de sobremesa por parte de un 62,5% de los encuestados en los últimos cuatro años.
La televisión se reinventa más allá del soporte
Se utilice un aparato u otro, lo que sí está cambiando es la forma de consumir los contenidos. La televisión de pago y bajo demanda crece continuamente gracias, sobre todo, a la llegada de grandes operadores internacionales como Netflix o HBO. Ambas productoras, no compiten, de momento, con directos de noticias o grandes eventos deportivos, dejando un margen de cuota de mercado a los canales tradicionales. Contenidos que no son “de rabiosa actualidad” como documentales de producción propia sí están disponibles, aunque para las noticias, especialmente en el caso de grandes sucesos retransmitidos en directo, tanto la televisión como la radio siguen siendo los canales preferidos. Aunque se combinen con Twitter.
El pulso de la TV tradicional se mantiene
El citado estudio de Samsung detectó que existe un parque de televisores por hogar de 2,3 aparatos, y es utilizado por el 85% de la población.
El 37% de los televidentes consume contenidos de pago, siendo el 27% los que lo hacen en un ordenador. Sólo un 6% lo hace en el móvil, aunque el 34% lo usa para comentar lo que está viendo en sus redes sociales.
Donde gana la televisión de largo es en los acontecimientos especiales como la Final del Mundial (40%), la Final de la Champions (38%) los JJOO (31%) la lotería de Navidad (27%) o Eurovision (21%)
Una de las razones de esta supervivencia de un soporte que muchos daban por muerto hace poco, es la exclusividad de algunos contenidos como los grandes eventos.
El futuro de la industria pasa por el Cable y el On Demad
Con independencia de qué dispositivo se utilice para consumir los contenidos, lo que es cierto es que las plataformas de televisión por cable y bajo demanda, que ya dominaban la industria en EEUU, tras los primeros años de intentos locales fallidos (Vía Digital, Youzee…) se extiende en nuestro país como en la mayoría. Lo que ha marcado la diferencia es la calidad de los contenidos, que además son difíciles de conseguir fuera del canal legítimo, generados por los dos líderes actuales, Netflix y HBO. Series como Narcos, House of Cards o Game of Thrones, han conquistado a la audiencia y han explotado al máximo el potencial de su medio.
Pedirle al usuario que espere a la siguiente semana y deje de hacer lo que está haciendo para ver un nuevo capítulo, está en vías de extinción.
Pero lo que revela esta estrategia de Netflix y HBO, es que el core business no es la plataforma, sino el contenido. Sólo manteniendo el control del negocio de forma vertical se puede lograr, parecen demostrar, los ingresos necesarios para sobrevivir y crecer. Los contenidos de terceros, son ya solo un complemento.
A por los nichos de mercado
Red Hastings, CEO de Netflix, anunció recientemente que la compañía está estudiando nuevas producciones en áreas no convencionales, como espectáculos estilo Bollywood para mercados locales. Esto significaría intentar ocupar mayor tiempo de share compitiendo abiertamente con los canales tradicionales. Está por ver si al igual que acabó con el modelo de negocio del Video Club físico, podrá con los demás canales. O si las cadenas tradicionales aceptarán integrarse y adoptar un modelo de ingresos pay per view o tarifa plana. Lo que está claro, es que la industria televisiva, tal y como la conocimos, se encuentra en pleno proceso disruptivo del modelo de negocio debido a la transformación digital que ya ha hecho tambalear otros modelos aparentemente eternos como la prensa escrita, y hasta la más reciente on line, y que pronto costumbres tan arraigadas como adaptarse a una programación concreta en lugar de ser el espectador quien elige lo que ver en cada momento será tan inverosímil como levantarse a subir el volumen.
Cómo competir con Netflix
Aunque la mayoría de televisiones se han visto obligadas a copiar el modelo Netflix, dando la posibilidad a su público de consumir los programas en modo multipantalla y bajo demanda, sus ingresos siguen siendo procedentes de la publicidad.
Otros competidores proponen liberar al consumidor de la tarifa plana mensual, la uses o no, y Amazon confía en su servicio Prime, exclusivamente bajo demanda pero con la posibilidad de cientos de películas libres tras un pago anual. Lo mismo hace YouTube con su oferta de cine a la carta de pago prácticamente desconocido para el gran público, aunque los rumores apuntan a algún nuevo tipo de servicio de suscripción, o Google Play con la limitación del sistema android. Por su parte, HBO, forja alianzas con grandes de Hollywood para no quedarse atrás en grandes producciones, verdadera clave de Netflix.
La ventaja competitiva, por tanto, está en el modelo integral de producción y distribución.
Una vez que alcanzas un nivel de ingresos por suscripción suficiente, cada nueva serie o película producida será explotada en más países y por tanto más rentable cada vez. El modelo tradicional que separa al productor del canal, aunque se comercialice en pay per view, no deja margen de precios suficiente para competir y obtener ingresos. De hecho, Apple TV planea ofrecer un servicio de transmisión de TV con ABC, CBS, FOX o ESPN, buscando el hueco del directo y los magazines, pero anuncia un precio mensual de entre 30$ y 40$, muy, muy lejos de sus competidores.