Los vehículos autónomos están obligando a los ingenieros a revisar todos los componentes de los automóviles, algunos de ellos tan olvidados como las antenas, hasta ahora utilizadas solo en el receptor de radio. Sin embargo, garantizar la cobertura de la señal gps o de toda la electrónica y software conectado a Internet de las Cosas es ahora vital.
Las nuevas aplicaciones que fabricantes como Volvo ya están incluyendo de serie en sus coches, exigen un alto nivel de fiabilidad. Por ejemplo, Road Friction Information, que comparte la información sobre las condiciones de la carretera por la que circula un vehículo por delante de otros para que conductor o inteligencia artificial estén prevenidos y tomen sus propias decisiones sobre la marcha para evitar suelos resbaladizos o nieve. Información que puede salvar vidas, como el correcto funcionamiento de E-Call, el servicio de llamadas de emergencia que será un estándar en todos los coches nuevos de Europa en 2018.

©Photo: Henrik Sandsjö
Antenas fiables sin interferencias
Las garantías de que la antena cumplirá su función en los momentos críticos depende de varios factores como mejores receptores, mejores cableados entre antena y receptor, aunque en Volvo en colaboración con ChaseOn y la Universidad de Chalmers, apuestan por diseñar nuevas antenas directamente. Antenas compatibles con la tecnología 5G, que requieren frecuencias más altas y exige un mayor rendimiento y posición óptima. Otro factor a tener en cuenta, serán los nuevos coches fabricados en materiales plásticos o fibra de carbono que no tienen toma de tierra.
Drones que ayuden a la navegación autónoma
Pero si a nadie le sorprendería que se instalara una nueva antena en su vehículo por sofisticda que esta sea, otra cosa sería llevar un drone abordo para desplegarlo en caso de necesidad de ayuda adicional en la navegación. Y eso es lo que Ford está estudiando.
Mediante el uso de mini drones no tripulados lanzados desde un vehículo autónomo, sus sistemas ayudarían a guiar el mapeo de la zona circundante, más allá de los que otros sensores puedan detectar. Los pasajeros podrían manejarlos desde el equipo de entretenimiento del coche.
«En algún momento, la gente va a querer usar su vehículo autónomo en el bosque o fuera de carretera, donde el drone no tripulado podría guiarlos», dijo Alan Hall, portavoz de Ford en el departamento de tecnología.
La idea surgió de un brainstorming entre investigadores e ingenieros de Ford, y ya ha sido patentada.
A principios de este año, Ford, junto con el fabricante con sede en China de aviones no tripulados sofisticados DJI, llevó a cabo una competición entre los programadores para ver si podían crear un avión no tripulado capaz de volar y regresar a un vehículo en movimiento. La idea era ver si un avión no tripulado podría usar sus cámaras para guiar un vehículo dentro y fuera de una zona de desastre donde las comunicaciones y las carreteras se han destruido o alterado. El plan era crear un software de comunicaciones entre aviones no tripulados y vehículos usando Ford Sync, la conexión inalámbrica del fabricante de automóviles, u otros sistemas similares como medio para inspeccionar las áreas en caso de emergencia. Sólo uno de los 10 participantes logró el objetivo, con un drone lanzado desde un Ford F-150 en movimiento que regresó después de completar la tarea asignada.