Ni sólo Google experimenta con vehículos autónomos sin conductor, ni la industria automovilística va a convertir este tipo de vehículos en simples utilitarios fabricados en serie. Desde los camiones de mercancías probados por Daimler a los diseños de lujo de la mítica Rolls Royce, las posibilidades de elección de su vehículo personalizado no cambiarán con la nueva realidad.
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El camión probado por Daimler, fabricante de las marcas Mercedes-Benz, Freightliner, Fuso y Bharatbenz, contaba con sistemas inteligentes como radar, cámaras y reguladores de velocidad automáticos. Circuló por primera vez en una autopista del sur de Alemania con tráfico real en octubre de 2015 y aunque no lo necesite, puede albergar a un conductor que tome los mandos en cualquier momento.
Estas pruebas de tráfico real son absolutamente decisivas para confirmar la madurez de la tecnología y llegar al mercado. El camión que condujo por sí solo entre Stuttgart y la ciudad de Denkendorf, sede de Daimler, es el primero producido en serie del mundo.
Sin embargo, este vehículo aún no es totalmente autónomo, ya que sus responsables confían al conductor humano la responsabilidad de hacerse con el control manual en caso de que el clima, las marcas viales o los inputs de los diferentes sensores aconsejen entrar en parada automática. Cuando las grandes flotas de transporte de mercancías por carretera se compongan de este tipo de vehículos inteligentes, industria y autoridades estiman que se reducirá notablemente el número de accidentes y las emisiones de CO2, gracias al optimizado del cambio de marchas, aceleración y frenado.
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La cara lujosa de la revolución del coche autónomo
El mercado automovílistico sabe que siempre habrá un cliente que busque más te tecnología. Por eso Rolls Royce trabaja en su coche del futuro, muy alejado del Google Car, e incluso de la berlina Tesla. Una joya de 5,9 metros de largo que combina cero emisiones, autoconducción con asistente virtual de inteligencia artificial y, eso sí, un sofá de seda como asiento. De momento, el Vision 100 es solo un concept car, pero explica muy bien cómo los fabricantes, tal y como vimos al hablar de la nueva realidad del sector, ya no entienden el futuro de la automoción sin una integración total con las TIC.
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Fuente: Grupo BMW