Internet, teléfonos móviles y otras tecnologías relacionadas están afectando profundamente a las instituciones sociales, económicas y políticas en todo el mundo, particularmente en democracias nuevas y emergentes. En las manos de los reformadores y activistas, estas herramientas pueden superar las disparidades de recursos y monopolios históricos de poder y apoyar los principios democráticos como el buen gobierno, la rendición de cuentas, la transparencia, la eficiencia, la comunicación y la divulgación. Las TIC se utilizan de forma transversal en el fortalecimiento de las iniciativas en materia de gobierno, partidos políticos, procesos electorales, la participación ciudadana y programas de género.
Muchos parlamentos, como el Congreso de Brasil, están tratando de utilizar la tecnología para involucrar a los ciudadanos en el proceso legislativo de nuevas maneras. Su página web de e-democracia permite a los ciudadanos comentar sobre la legislación en cualquier lugar que haya acceso a Internet.
Como parte de su esfuerzo para aprovechar la tecnología para el desarrollo democrático, se organizó una conferencia en Silicon Valley en 2013, que reunió a altos cargos estadounidenses e internacionales, políticos, ejecutivos de empresas de alta tecnología y expertos en democratización. Los participantes discutieron cómo los gobiernos y los ciudadanos pueden utilizar la tecnología para colaborar en la solución de los problemas cotidianos. Por ejemplo, revisaron plataformas como iPaidaBribe.com de la India, que recoge datos crowdsource sobre la incidencia y la naturaleza de la corrupción del gobierno. Y exploraron cómo el Open Data y otras iniciativas pueden mejorar la gobernabilidad democrática.

iPaidaBribe.com
En países donde la penetración de internet aún no es suficiente, tecnologías relativamente desgastadas como el GRPS ya han demostrado su capacidad de influir en los procesos democráticos.
En las elecciones de Sierra Leona , en 2007, 500 observadores en los colegios electorales de todo el país enviaron mensajes de texto a través de teléfonos móviles para informar sobre irregularidades en las votaciones.
Dirigido por el Observatorio Nacional Electoral, una coalición de más de 200 organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales en el país, monitorizaron el proceso utilizado este sistema de información rápida para ayudar a estabilizar el entorno político y apoyar la transferencia pacífica del poder después de una larga guerra civil.
Muchas de estas oficinas de gestión están desarrollando enfoques innovadores en línea y fuera de línea para el análisis de la información legislativa y la conexión de los ciudadanos a sus representantes y el proceso legislativo. Por ejemplo OpeningParliament.org, comunidad formada por organizaciones de la sociedad civil que trabajan con los parlamentos para mejorar la apertura y la transparencia parlamentaria.
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