El nuevo escenario empresarial marcado por el fenómeno emprendedor y la transformación digital crean un escenario económico y comercial con nuevos retos y oportunidades. Generar un cambio positivo en el mundo es más fácil y rentable que nunca y todo ello gracias al potencial de la tecnología y al uso que le dan los visionarios de los negocios. La tecnología y el Design Thinking permite alcanzar metas que antes eran imposibles y muchos emprendedores se están dando cuenta de que sus ideas de negocio pueden suponer un cambio positivo y construir un nuevo mundo. El problema con esta nueva categoría de emprendedores sociales es establecer métricas fiables que midan ese impacto, más allá del mero resultado económico como empresa.
El Dr. Shawn Carraher, profesor de estrategia y gestión internacional, examinó más de 210 artículos y libros sobre el tema para tratar de definir una escala homologable que diferencie un negocio tradicional de uno considerado social.
Carraher no pudo encontrar una escala estandarizada, por lo que creó una, tomando las definiciones de emprendimiento social más citadas en el tema, descomponerlo en ítems, y convertirla en una escala de 11 elementos. En el nuevo estudio, publicado recientemente en la revista European Journal of International Management, puso a prueba la herramienta.
El estudio reveló diferencias entre el empresariado social y tradicional. Los empresarios sociales persiguen metas y objetivos que se relacionan con la solución de problemas específicos dentro de la economía social. También están más preocupados por la satisfacción de esas necesidades de la sociedad que de ganar dinero. Aún así, Carraher lo tiene claro:
«Algunas personas dicen que en el emprendimiento social usted no tiene que preocuparse por las ganancias, pero en realidad, si no se presta atención a los beneficios, incluso una organización empresarial social va a ir a la quiebra. Usted aún tiene que centrarse en eso.» Afirmó.
En el estudio, los investigadores evaluaron muestras de emprendedores sociales que trabajan para organizaciones no gubernamentales así como a empresarios tradicionales que son dueños de sus propias empresas en el área de Dallas-Fort Worth. Los autores concluyeron que la herramienta de medición es un instrumento válido y fiable para la investigación futura en el emprendimiento social.
Escala de Emprendimiento Social
Esta es la escala de 11 niveles creada por el Dr. Shawn Carraher para ser un empresario social, que son:
- La adopción de una misión de crear valor social (valor no sólo privado).
- Reconocer nuevas oportunidades para servir a su misión.
- Participar en un proceso de adaptación continua relacionada con su misión.
- Actuar con valentía sin estar limitados por los recursos actualmente disponibles en el cumplimiento de su misión.
- Perseguir implacablemente nuevas oportunidades para servir a su misión.
- El cuidado profundo sobre los resultados creados por el cumplimiento de su misión.
- Tratar de ser un «transformador del mundo» a través de la realización de su misión.
- La adopción de una misión de sostenimiento del valor social (valor no sólo privado).
- Participar en un proceso de innovación continua relacionada con su misión.
- Exponer un elevado sentido de la responsabilidad ante los stakeholders que cubren su misión.
- Participar en un proceso de aprendizaje continuo relacionada con su misión.
Fuente: Universidad de Dallas
La tecnología como aliada social
El caso de Change.org es paradigmático, ya que aunque la mayoría de personas cree que se trata de una ONG, en realidad es una start up tecnológica que ha entendido que el mundo digital puede ser puesta al servicio de los problemas reales de la sociedad como prioridad. Por supuesto, como veíamos antes, la sostenibilidad del proyecto pasa por la generación de beneficios y eso en ocasiones les ha supuesto un conflicto con sus usuarios. Ben Rattray, su fundador, explica en la entrevista concedida a ONE cómo evolucionó desde una visión idealizada del mundo de los negocios en Wall Street de los noventa, hasta que con el despegue de internet y espoleado por una experiencia personal, entendió que el poder también podía emplearse para otra cosa.
Inspirado por las redes sociales que comenzaban a crecer en aquellos años, en especial Facebook que en 2005 ya estaba en plena expansión mundial, Rattray funda en 2007 junto a uno de sus compañeros de Stanford, Mark Dimas, el sitio change.org. En la actualidad cuentan con más de 140 millones de usuarios de 196 países diferentes (en España se abren 350 peticiones cada semana).
[youtube]https://youtu.be/V0E2esmdo7k[/youtube]