Samuel Sánchez ha sido premiado como Innovador menor de 35 años en 2014 por el MIT Technology Review (Massachusetts Institute of Technology, USA) por su trabajo en prestigiosos laboratorios en el campo de los nanorobots de demostrada eficacia en limpieza de aguas contaminadas, por ejemplo. Aunque ahora está dispuesto a utilizarlos para la lucha contra el cáncer.
En la entrevista concedida a One, nos contó que un nanorobot es una partícula pequeña o dispositivo que se mueve por sí mismo. Los más pequeños son mil veces más diminutos que el diámetro de un cabello humano. La idea es imaginarlos como un pequeño submarino que se puede mover por sí mismo por los fluídos y conductos sin necesidad de aplicarle ningún tipo de energía externa. Comparado con ellos, un tumor es algo grande, compuesto de capas y capas como si fuera una cebolla, donde la célula maligna es la primera que va generando esas capas posteriormente. Los fármacos actuales contra el cáncer lo que hacen es matar las células exteriores, pero si tuviéramos un robot potente que pudiera atravesarlas y penetrar hasta el núcleo del tumor sería la solución ideal contra el cáncer. Tenemos robots taladradoras y hemos entrado dentro de tejidos y de células cancerígenas, pero aún sólo en el laboratorio.
«No son con forma humanoide, como pequeñas personitas que trepen por tu cerebro a extirparte nada. Son pequeñas bolitas que van a ir moviéndose por tu cuerpo llevando un fármaco o una solución«. Explica Sánchez en la entrevista a One.
Estructuras muy simples como una esfera o un cilindro, tan simples como la mayor parte que tenemos en la naturaleza o en nuestro cuerpo y ¿para qué hacer algo más complejo si eso es eficaz?
Los nanorobots tienen que tener diferentes características. Lo primero, han de moverse por si mismos autopropulsados sin que nadie los accione exteriormente. En segundo lugar tienen que reaccionar ante algunos estímulos, siendo de alguna forma inteligentes, sabiendo a dónde ir. Si hablamos de un robot contra el cáncer, estaríamos hablando de que sea capaz de reconocer cambios de Ph, de temperatura o en la composición química que hay al rededor del tumor. Así serían capaces de llegar hasta él, y luego habría muchas formas de aplicar el fármaco, como liberarlo al percibir un cambio de temperatura de un grado, o abrir sus compuertas sólo ante un cambio de Ph.
Lo que estamos buscando es lugares y aplicaciones donde los métodos actuales no pueden llegar. Imagínese alguien que ya está ingresado en un hospital y por el mismo catéter por el que se le administra otra medicación se le inoculan los nanorobots y llegan hasta su destino exacto de forma controlada. Pero, igualmente, los diabéticos que ya se inyectan insulina podrían inyectarse nanorobots. Otra forma sería encapsularlos y que el paciente los trague como cualquier pastilla, pero llegando mucho antes y exactamente al lugar necesario, reduciendo efectos secundarios y utilizando un solo miligramo de la sustancia.
El principal reto para hacerlos realidad es encontrar un combustible biocompatible, ya que la estructura y mecánica no es un problema. El empleado en las pruebas es agua oxigenada, pero tiene el inconveniente de que en determinadas situaciones mata a las células, y por tanto no es apto para ser introducido en el organismo como tal. Según, Samuel Sánchez, el mundo de los nanorobots acaba de cumplir diez años y estamos a mitad de camino. Puedes ver la entrevista completa aquí.
Robots médicos en la actualidad
En diciembre de 2015 se celebrará en Polonia la XII Conference on Medical Robots organizada por la Sociedad Internacional de Robots Médicos, reuniendo a lo más representativo de diseñadores, operarios y fabricantes de equipos médicos robotizados. Esta conferencia fue organizada originalmente por la Fundación para el Desarrollo de la Cirugía Cardíaca inspirada por los inventores de un robot polaco llamado Robin Heart. Dicho dispositivo permitía realizar operaciones complejas de corazón y procedimientos de exploración de la cavidad torácica con enorme precisión y control de constantes, menor tamaño de las incisiones y reducción de riesgos hospitalarios de todo tipo. Sin embargo, aún dependía del trabajo remoto de un cirujano y éste perdía la sensibilidad de la mano humana, vital para una correcta intervención.
La innovación en el campo médico y sanitario de dispositivos robóticos no ha parado de crecer desde entonces y es con las posibilidades de la tecnología M2M con la que se logran resultados más útiles en la actualidad. Algunas de esas aplicaciones permiten algo tan invisible pero importante como es realizar tareas de mantenimiento y diagnóstico de los equipos complejos en los centros hospitalarios. La compañía especializada en radioterapia Varian Medical Systems constató que las necesidades de calibración y reajuste o reparación de cada uno de sus costosos equipo requería del desplazamiento de personal muy especializado y eso paralizaba el tratamiento durante horas o días, que traducido en pacientes eran más de 35 al día. Gracias a un software específico y la conectividad Machine to Machine, los equipos son capaces de enviar alertas y requerimientos a un sistema central remoto y al mismo tiempo recibir los ajustes necesarios para continuar su funcionamiento óptimo. Pude consultar el Case Study en PDF.
¿Sustituirán a los humanos con bata en los hospitales?
Dos centros en nuestro país ya disponen de robots celadores que transportan las sábanas y la comida de los pacientes gracias a un gps y hasta son capaces de usar el ascensor. Gracias a un láser pueden detectar y evitar obstáculos por los pasillos, esperando parados a que se libere el camino.
En Estados Unidos, la FDA acaba de aprobar oficialmente al iRobot RP-Vita, desarrollado junto a InTouch Health como homologado para uso hospitalario que permite a los doctores realizar las visitas a los pacientes de forma remota gracias a una app para iPad.
La compañía declara que «puede ser usado para monitoriozar pacientes en pre y post operatorios incluyendo cirugía cardiovascular, neurológica, prenatal, así como en los servicios de psicología y cuidados intensivos»
Aunque su aspecto aún es el de una máquina industrial, es posible que en un futuro próximo los robots médicos no sean fácilmente distinguibles de las personas, si bien en función de los estudios realizados recientemente por el investigador mexicano David Silvera-Tawil, la presencia de androides geminoides, llamados así por su similitud física con nosotros, nos despierta mayoritariamente altos niveles de ansiedad, nervios e incluso miedo. Todas ellas condiciones muy poco recomendables cuando se trata con enfermos, claramente.