Los robots conversacionales y los personajes virtuales pueden mejorar el aprendizaje infantil y ampliar las opciones de entretenimiento para niños. Así lo afirman tres estudios de Disney Research que muestran exactamente cómo estos agentes autónomos interactúan con los niños dependiendo de la edad.
Los niños en edad preescolar que responden a un personaje en la pantalla, por ejemplo, pueden ser más felices si el personaje simplemente espera sus respuestas o repite una pregunta. Los niños mayores, por el contrario, aprecian cuando el robot hace referencia a sus conversaciones anteriores, mientras que los niños más pequeños son igual de felices si el robot trata cada conversación como un nuevo encuentro.
Disney cree que a pesar de que la interacción padre-hijo sigue siendo el factor más importante en el desarrollo del niño, la perspectiva de personajes automatizados que puedan interactuar con los niños ofrece interesantes oportunidades para mejorar el aprendizaje y el juego. Las ideas que sus investigadores están recogiendo de sus experimentos ayudarán a crear medios interactivos que los niños van a abrazar y acariciar, asegura su vicepresidente Markus Gross.
Televisión interactiva como el primer robot del niño
En una serie de estudios examinaron cómo los niños de 3 a 5 años respondieron a la programación de televisión interactiva. La programación infantil que involucra a personajes que hacen preguntas de los espectadores jóvenes ha sido extremadamente popular para las dos últimas décadas, a pesar de que los personajes se detienen solamente una cantidad fija de tiempo antes de proceder con la acción. Este estudio se centró en cómo los niños reaccionan cuando el personaje responde tan pronto como el niño termine de contestar, así como cuando el personaje repite una pregunta sin respuesta, y cuando el personaje indica si la respuesta es correcta. Debido a las limitaciones de agentes de conversación existentes, los investigadores utilizaron un método en el que un ser humano no visto controla la interacción, pero el niño percibe la interacción como con el carácter virtual. Los investigadores encontraron que los niños eran más propensos a participar verbalmente con el programa cuando el personaje esperó a sus respuestas y cuando se repitieron preguntas sin respuesta. Pero la interacción acerca de sus respuestas no parecía importar. La conclusión fue que no tenían que preocuparse por el reconocimiento de voz porque los niños de esta edad no buscan la retroalimentación.
Estudio: Investigating the Effects of Interactive Features for Preschool Television Programming.
En un segundo estudio analizaron la narración colaborativa. Cuando los padres y los niños participan en la narración juntos, la investigación ha demostrado beneficios sustanciales en el vocabulario, la comprensión narrativa y el desarrollo cognitivo.
Estudio: Persistent Memory in Repeated Child-Robot Conversations
En el tercer estudio los investigadores observaron cómo 67 niños de 4-10 años de edad interactuaron con un robot conversacional llamado Piper. Este estudio también utiliza un método para simular la interacción autónoma. Los pequeños alternan participación en diversas actividades con otros robots y hablan con PIPER acerca de cada actividad. Los niños más jóvenes disfrutaron de las conversaciones en las que PIPER no mostró ningún recuerdo de encuentros previos. Sin enmbargo, los niños mayores estaban más interesados cuando Piper pareció acordarse de ellos y compartía opiniones que se basaban en el conocimiento proporcionado por otros.
Estudio: Persistent Memory in Repeated Child-Robot Conversations.