Los vehículos conectados a Internet de las Cosas ofrecen numerosas aplicaciones destinadas al confort y la navegación más eficiente además de la posibilidad de que circulen de manera autónoma. Los primeros vehículos sin conductor ya se están probando con éxito y los navegadores afrontan nuevos retos en la precisión de la geolocalización. También en materia de seguridad, las capacidades de identificar el posicionamiento exacto de un vehículo avanzan y los nuevos dispositivos M2M ofrecen medidas de seguridad imposibles hasta ahora, por ejemplo cuando es necesario recuperar vehículos robados o abandonados por sus conductores incumpliendo contratos de alquiler.
Las empresas dedicadas a la gestión de flotas, ya sean alquileres ocasionales, servicios de renting o transportes logísticos, cuentan con un riesgo extra a los derivados del mantenimiento y explotación comercial de sus inversiones en material móvil. Cada vez que uno de sus vehículos desaparece, no sólo pone en peligro su valor como activo, sino que paraliza su actividad y fuente de ingresos.
Los actuales sistemas de localización pueden hacer un seguimiento permanente de los recorridos y la ubicación de cada vehículo de forma permanente, pero eso entra en conflicto con las leyes de protección de datos personales y con el derecho a la privacidad de los usuarios, especialmente cuando se trata de conductores particulares.
No es posible registrar el historial de lo que un cliente hace con un coche alquilado y por tanto, la mayor parte del tiempo perdemos el control efectivo del mismo. Si al finalizar su contrato, decide abandonarlo en cualquier calle y volver a su país, aunque no podamos denunciarlo como robo, el tiempo que tardemos en encontrarlo supondrá una merma para nuestros ingresos. Y en caso de que sea robado, además del tiempo perdido, lo habitual es que los seguros no cubran el 100% del valor real de su reposición.
Para cubrir estas circunstancias especiales, existen dispositivos basados en tecnologías IoT que realizan el tracking de forma segura y a la vez discreta. Mediante un sistema latente que espera a ser activado sólo cuando es realmente necesario. El dispositivo se mantiene siempre localizado por GPS y la red móvil, lanzando una señal de control una o dos veces al día, según se contrate, sólo a efectos de confirmar su funcionamiento. Este testigo discreto no incumple las exigencias de privacidad del usuario, pero permite mantenerse alerta ante la posibilidad de un siniestro.
En caso de que el vehículo no pueda ser recuperado por cualquier causa, una vez denunciada la desaparición, el sistema se comunica con el vehículo para localizarlo sin pérdida de tiempo.
Integración entre servicio y dispositivo
Una de las peculiaridades de las industrias IoT consiste en la creación de nuevas líneas de negocio que integran dispositivos inteligentes con servicios atendidos por personas y conceptos comerciales que ofrecen el cobro por uso frente a la tradicional compra de equipos. Así, los dispositivos VVD de Automotive, van más allá de la instalación de un dispositivo de tracking e incorporan la conexión a centros de seguridad operativos atendidos por personal cualificado que coordinan desde la alarma al seguimiento y envío de los servicios de rescate o policiales a la busca del vehículo sustraído. Estos centros se encuentran en toda Europa y son posibles gracias a la conectividad global de la red Vodafone. Garantizar la cobertura es imprescindible cuando hablamos de localizar objetos robados en movimiento, por definición.

Un sistema integral de protección de vehículos.
Existen otras funciones importantes en materia de seguridad que son posibles gracias a los nuevos dispositivos Machine to Machine. Por ejemplo, la alarma 4600 de Cobra cuenta con protección del habitáculo con sensores de ultrasonidos que detectan la intrusión o la apertura de puertas o capó y detección volumétrica y periférica —especialmente útil cuando dejamos un coche momentáneamente con objetos o mascotas dentro—, o protección contra corte de cables que avisa de sabotajes. La función anti-atraco previene el robo incluso mientras se conduce, detectando al conductor y reconociendo si está autorizado o no, generando una alarma y bloqueando el motor.
En breve, las normativas europeas de seguridad exigirán sistemas como el de detección automática de accidentes que comuniquen la emergencia a los servicios de rescate, y es probable que después, muchos de estas otras funciones de seguridad acaben siendo también de obligado cumplimiento.
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