Internet de las Cosas convierte todos los aspectos de nuestro entorno en una nueva experiencia. Las Smart Cities no se quedan a las puertas de los colegios o universidades y prometen un futuro para la educación en el que la conectividad y la tecnología amplían los horizontes y transforman las tareas y procesos formativos de estudiantes y profesores. Numerosos expertos afirman que la mayoría de los trabajos del futuro aún no se han inventado. ¿Estamos preparando a las nuevas generaciones para eso? Sin duda, el proceso ha comenzado y estamos inmersos en él.
Algunas universidades americanas han convertido sus bibliotecas en lugares muy diferentes a lo que se entendía tan solo una generación anterior, convertidas en espacios de colaboración conectados en los que, además, hay estanterías con libros.
Recientemente, en EEUU el presidente Obama anunció una serie de iniciativas destinadas a fomentar los campos de la ciencia, tecnología ingeniería y matemáticas como habilidades fundamentales en la economía moderna, en la que definen la formación en informática como algo que ya no es opcional sino una habilidad básica.
El gobierno de Obama cree que las habilidades TI estarán en la base de la recuperación económica y la expansión no sólo del sector tecnológico sino de todas las áreas de la economía.
«A medida que la recuperación se ha afianzado, también hemos encontrado que muchos de los nuevos puestos de trabajo los empleadores están buscando para llenar requieren que los candidatos que son expertos en tecnología», dijo a la prensa Jacob Leibenluft, subdirector del Consejo Económico Nacional,.
De la formación en tecnología, a la formación tecnológica
Internet móvil está impulsando la Internet de las Cosas en la escuela. En una reciente encuesta publicada por Extreme, el 46% de las respuestas enfocaban a que las smart schools tendrán un impacto importante en los próximos dos años.
Entre los beneficios que auguran destacan el aumento de la participación de los estudiantes, el aprendizaje móvil, la mejora de la eficiencia y la reducción de costes.
La escuela inteligente en desarrollo cuenta con una infraestructura que le permite crecer, adaptarse y progresar en el aprendizaje gracias a dispositivos conectados M2M como pizarras inteligentes, sensores por todo el campus, libros electrónicos, aulas de colaboración y laboratorios, placas con iBeacons, iluminación inteligente, o climatización.
De hecho, el uso de robots, realidad aumentada, reconocimiento facial, impresoras 3D y todo tipo de sensores resultaron significativos en la citada encuesta realizada entre 612 expertos en educación de los Estados Unidos, desde escuelas primarias y secundarias (el 56,8%) hasta universidades. Puedes ver la infografía con las conclusiones.
Entre las dificultades para la implementación de la Smart School se encuentran por supuesto las relativas a seguridad y privacidad, además de redes potentes y fiables, sin embargo, las ventajas de disponer de IoT en el ámbito educativo son mayores que los inconvenientes:
- Mejora el engagement con los estudiantes.
- Facilita la movilidad y educación a distancia.
- Permite mayor personalización de los planes.
- Agiliza el seguimiento y medición de resultados.
- Favorece la creatividad tecnológica.
- Garantiza entornos más seguros.
Pero, sorprendentemente, para algunos directores TI, en la actualidad el mayor obstáculo puede ser la propia formación del profesorado, no sólo por sus conocimientos de las herramientas tecnológicas, sino por la misma naturaleza de los nuevos alumnos, definidos por Jordan Shapiro como “Generación Minecraft” dispuestos a jugar con sus propias reglas, también a la hora de aprender. Shapiro, de la Universidad de Temple en Filadelfia nos muestra el camino con su experiencia en explicar a los filósofos tradicionales como Jung o Heidegger a través de Space Invaders o Angry Birds.
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